Eres nuestra visita

sábado, 14 de julio de 2012

#. Contigo elegí lo imposible, pero a mi corazón le gustan los retos.

Existe cada vez que lo pienso. Es aquel de allí, bueno, seguramente no lo veréis, a primera vista no es el típico hombre que sale en los sueños de las mujeres. Sin embargo, ocurre que solo desde que lo sueño, me siento mujer. Tengo la terrible necesidad de que me haga daño, que me muerda el corazón, que me haga sufrir como en las noches de verano, que abra una herida en mi alma del tamaño de su nombre. Cualquier cosa que lo haga real e intenso. Algo que duela de verdad. Comel amor. Si alguna vez se me ocurre hablar de su boca, si en algún momento soy tan estúpida de hacer metáforas sobre ese infierno que antecede a su garganta, si soy capaz de decorar su sonrisa con algún adjetivo, no os estaré mintiendo... solo será otro intento fallido de expresar la realidad. No recuerdo cuándo fue la primera vez que lo vi, pero sí en qué momento aprendí a mirarle. Lo pienso cada vez que existe. Siempre.

#. A veces pienso que olvidas que te quise más que a mi propia vida.

Ponte guapa tan solo para fastidiar al que pudo tenerte y no te tiene, para asombrar a los que te conocen y a los que no te conocen también. Siéntete la mejor de todas. Cuando haya un rumor sobre ti (sea verdad o no), ve con la cabeza bien alta siempre. A palabras necias, oídos sordos. Y a los capullos, ni el oído, ni la palabra, ni la mirada si quiera. Que os jodan. Reconoce tus errores, demuestra que te arrepientes, aprende de ellos. Y con eso, no tendrás ni que mencionar la palabra 'perdón'. ¿Por ocultar? Ocúltalo todo; miente, niega, invéntate. Pero solo sobre ti, de los demás que se encarguen ellos. ¿Por los amigos verdaderos? Da todo, miente, arriesga, engaña, perdona, ayuda, escucha, habla, calla, ríe, llora. Y ellos lo harán por ti. Come helado, mánchate, sé feliz en la calle, en tu casa, de tiendas, en el médico... Esquiva tus obstáculos con serenidad.Pasa de problemas. Monta en globo, haz puenting, escribe un libro sobre tu vida. Porque tú no criticas: solo dices la verdad sobre los defectos de ciertas personas. Sé fuerte, olvida, ama, sufre, olvida y ama de nuevo. Porque la vida es eso, caer y levantarse.

viernes, 22 de junio de 2012

#. Que te voy queriendo cada día un poco más.

Me gusta. Es como un vicio. Un adictivo. Me gusta porque va en pequeñas dosis, intensas, pero pequeñas. Me gusta porque acelera el pulso. Sube la adrenalina. Porque es algo muy flexible pero fácil de romperse. Me gusta porque no tiene sentido ni hace falta buscarle explicación. Porque te provoca fanatismo. Te hace sentir libre pero nunca te libera. Porque la palabra clave es:improvisación. & sabe ponerte a prueba. Porque es irremediable e incurable. Porque produce locura & eso, me gusta.

#. No tengo ningún problema con el silencio siempre y cuando lo uses para besarme.

Para esta vida me pido al chico de las cinco sonrisas, el del corazón enorme y la transparencia por bandera. El que me cuenta la historia de cada cicatriz y los motivos hasta que se decide a decir un te quiero. El que hace que todo vuelva a ir bien solo con el sonido de su risa. El que me escucha aún cuando hace horas que debería haberme dejado tirada, el que me pica solo por la satisfacción de que vaya tras él a buscarle. El que provoca que no pueda estar más de cinco minutos enfadada con él y con el resto del mundo cuando me mira con esa cara. El que hace que cada palabra, cada verso de esos poemas de amor que tan poco le gustan, cobre un nuevo significado con su voz. El que sabe perfectamente donde está el boton 'on' de mi risa y el momento justo en el que tiene que pulsarlo para evitar que todo a mi alrededor se hunda. El que me ha hecho una total experta en eso de jugar al tres en raya con sus lunares. El que es más que un 'mucho', un 'todo', más que toda esa mierda de 'para siempre'. El que me entiende con una mirada, el que me echa en falta aún cuando no le estoy haciendo caso a posta. Aquel que me derrite con su olor, con los pasos de baile que se marcan sus manos por el papel, con cada parpadeo con el que espera que le conteste mientras yo no puedo ni moverme por esos escasos cinco centímetros que me separan de su piel. Me lo pido para esta vida, discuto con las estrellas fugaces para que cumplan mi deseo, soplo pestañas díscolas para que se haga realidad. Para que un día te des cuenta de todo lo que has tenido siempre junto a ti.

#. Tenía todo lo que necesitabas en cada momento, excepto cuando él era lo único que necesitabas.

Te juro que pasaba por aquí, que no tenía intención alguna de encontrarte. Incluso cuando te vi, pensé que eras otro, cualquier otro, y no mi vida. Nunca entenderé por qué la gente es más feliz cuando comparte la tristeza. El caso es que mi vida tiene los ojos marrones, y yo no lo sabía; cuando sonríe se come toda la oscuridad de la noche de golpe. Realmente preciosa de veras. Y es cierto que pasaba por aquí, como pasa un veinticuatro de octubre por el calendario. Si me previenen de que mi vida, es tan paisaje de nadie, y tan sueño de todas, o es tan bonita que duele hasta el aire que respira y no te toca.Seguramente hubiera escogido otro camino para no verla. Pero ahora que la tengo delante, haciendo con su hermosa sonrisa el truco de enamorarme hasta el odio, ya no puedo hacer otra cosa que amarle... A mi vida, sí. Tanto y de un modo tan intenso, que es la primera vez en quince años, que le tengo miedo a la muerte.

#. No me mires como si quisieras echarme de menos.

Supongo que el miedo nos ganó aquel día en que elegí mi vida en lugar de la tuya, cuando decidí que debía querer algo, a parte de ti. Elegí cambiar los buenos días de tu voz dormida por la monotonía de otros labios. Elegí no ver más cómo te desperezabas después de haberte pasado la noche en vela preocupado. Elegí no volver a ser esa persona a la que tanto necesitabas. Elegí que olvidarme fuera lo más fácil del mundo. Elegí no perderme en el lunar de tus parpadeos. Elegí no caer en la cuenta del ángulo en que crece tu pelo. Elegí alejarme lo más posible de tu olor. Elegí que sustituyeras mi risa por la de otra a la primera de cambio. Elegí tener que decidir si morirme de rabia o matarme de celos al imaginarte a su lado. Elegí guardar un recuerdo que me acribille el corazón una vez cada dos horas. Elegí tener veinticuatro pasos más abajo el lugar donde fui tan feliz, donde te grité tanto, donde te quise tanto. Elegí que fuera mi mirada la que se queda en los pliegues de tu ropa cuando tomas esa curva. Elegí ser yo la que consigue que actúes de la manera más extraña que pudiste pensar nunca. Elegí recaudar esperanzas los martes y caer en picado en un mar de recuerdos los domingos. Elegí tener que guardar para mí todo lo que dejé de decirte, porque ya nunca más será importante. Elegí ver crecer a nuestros temores, por ser lo único que nos quedaba.Y lo peor es que, desde entonces, ese miedo no me abandonó nunca. Ni siquiera ahora, que ya no puedo perder(te) más.

#. No te arrepientas de nada: si es bueno es un recuerdo, si es malo, una experiencia.

Qué nos pasa, somos tremendamente incomprensiblesincompatibles y una lista demasiado interminable de adjetivos que comienzan por 'in-'. Somos imperfectosindecisosineptosindoloros; somos tan fuertesdurosinsensibles (o por lo menos nos lo hacemos). Nos lo hacemos porque nos negamos a reconocer que tú y yo estamos hechos de pedacitos: de pedacitos de nuestras noches en los portales, de las confesiones con olor a café, de esa confianza que desborda nuestras pupilas, de dolor causado por el otro porque sabemos identificar cada uno de los puntos estratégicos que tiene el otro al descubierto. De consejos, de problemas del sexo opuesto, de ratitos sobre el mismo sillón, de Viernes por la mañana, de Veinticuatros de Octubre, de 'no te quiero' y de 'ojalá te quisiera'. Estamos hechos de tardes raras de nosotros, que tú y yo sabíamso convertir en especiales, de un invierno y de dos docenas de hojas en el calendario, de ciento treinta y siete días y unos cuantos de regalo, de conocer a la perfección cada recobeco de la voz del otro, cada secreto que esconde la mirada oscura, cada suspiro que nos regalábamos, cada palabra bonita que se escapaba muy de vez en cuando al otro lado del ordenador. Estamos hechos de odio, de superar hecatombes, tempestades y algún que otro huracán, de volar con los pies en el suelo, y de usar la mano del otro para caminar por los problemas. Y yo... yo estoy hecha de las veces que me subías a lo más alto y me dejabas ver que el mundo era pequeño a mis pies. Estoy hecha de ese par de secretos que guarda mi almohada, de tu sonrisa en los días grises, del momento en el que sabías cuándo debías apretar el botón 'on' de mi risa. De tus te quieros, de tus no sé, de los besos que no llegaste a darme y de las veces que quise abrazarte. Estoy hecha de una historia inmortal a tiempo parcial, de las miradas traviesas, de las conversaciones eternas a horas intempestivas, de tus tonterías que se convirtieron en lo más importante para mantenerme en pie. Estoy hecha de lágrimas y de cosas que nunca me dices, de tus mentiras y de creerme a medias tus verdades. De confiar en ti, de verte y sentir que puedo, de recuerdos que hoy en día consiguen que pueda respirar, de tu voz como tono de despertador, de cosquillas en la tripa y muerdos en el corazón. Y es que yo, como dice esa canción, estoy hecha de ti, de pedacitos de ti.